Te comparto lo que platiqué hoy en mi primer Live: 33 minutos para…

Estoy emocionada porque con este Live regreso a compartir contigo momentos de reflexión,
un espacio para escuchar a nuestro ser a través de los temas que estaremos explorando cada semana.

Si no pudiste verlo en vivo, no te preocupes, quedó grabado en mi canal de Instagram.
✨ Te invito a que lo disfrutes, así como yo disfruté hacerlo.

Y por aquí te comparto un resumen de lo que hablamos,
por si quieres leerlo con calma o simplemente darte un momento para ti.

¿Y si hoy recordaras algo que habías olvidado?

Hoy 15 de mayo quiero recordarte que tú también eres un maestro.

Tal vez no te habías dado cuenta, pero tu historia, tus decisiones, tus heridas y tus logros…
todo lo que has vivido te ha hecho sabio.

¿Qué significa ser un maestro interior?

Ser maestro no tiene nada que ver con tener títulos o dar clases.
Ser maestro es haber aprendido de lo vivido y compartirlo con otros.

Es esa parte de ti que:

• Sabe acompañar con el alma.

• Inspira con el ejemplo.

• Habla desde la verdad.

• Elige con conciencia.

• Abraza su historia sin esconderla.

¿Y cómo lo reconoces?

Aparece cuando consuelas a alguien.
Cuando tomas una decisión desde el corazón.
Cuando sanas lo que antes dolía.
Cuando te das cuenta de que tus palabras, tus silencios o tu presencia… también son medicina.

¿Cuál es la luz, esa parte linda de ese maestro?

Acompaña, escucha y enseña con el ejemplo.

Sabe hablar con amor, incluso en medio del caos.

Tiene paciencia, claridad, comprensión.

Es compasivo, intuitivo y creativo.

Ayuda a otros desde un lugar auténtico.

También hay que saber que ese maestro tiene sombra

A veces se exige ser perfecto.

A veces calla por miedo a equivocarse.
Quiere sanar a todos, pero se olvida de sí mismo.
Y enseña desde heridas que no ha querido mirar.

Ahí, justo donde vive tu maestro… también viven tus heridas

Eso me lo mostró Quirón, el arquetipo del maestro herido.

Él no enseña desde la perfección, sino desde su recorrido.
Su herida no desaparece, pero se transforma en sabiduría.

Cuando abrazas tu herida, despiertas al maestro más real y compasivo que habita en ti.

Te comparto un pedacito de mi historia

Durante casi dos años me escondí en mi propia cueva.
Esperaba un milagro, sin hacerme cargo de mi proceso.
Y fue Quirón quien me mostró que no se trata de quedarme ahí…
sino de volver a vivir.

Al principio no lo entendía, pero ahora lo veo claro:
mi herida se transforma mientras elijo vivir, compartir y volver a enseñar.

Y por eso, después de este tiempo, estoy regresando a ti.
A compartir lo que he aprendido.
A caminar juntos.

Si tú también sientes el llamado...

Quiero invitarte a mi nuevo taller:
“Sanando a mi maestro herido: un viaje con Quirón y el Arcángel Rafael.”

Un espacio para abrazar tu historia, mirar con amor tus heridas,
y despertar al maestro que vive en ti.

Está pensado para que sea accesible para todos.

Por último recuerda…

Tu herida no es el final de tu historia…
es el inicio de tu medicina.

Con cariño,
Tere Bolio.